El principal reto de este proyecto consistía en proporcionar privacidad al acceso sin recurrir al uso de muros sólidos que pudieran reducir la percepción del espacio. La solución fue ingeniosa: se logró la privacidad mediante una celosía de madera, un elemento que permite entrever lo que sucede detrás de ella, al tiempo que deja pasar la luz natural. Esta celosía no solo sirve como una división efectiva entre el recibidor, la cocina y la sala, sino que también añade un toque estético que enriquece el diseño general del espacio.
El uso de la celosía crea una transición suave entre las diferentes áreas del hogar, manteniendo una sensación de amplitud y fluidez. Además, la madera aporta calidez y textura, contrastando de manera elegante con los materiales más fríos y modernos del entorno. Este diseño inteligente no solo resuelve el problema de la privacidad, sino que también mejora la funcionalidad y la estética del espacio.
El acabado en el muro más largo del área sala-comedor juega un papel crucial en la creación de un estilo industrial que define la identidad del espacio. Este acabado, de aspecto robusto y texturizado, proporciona un fondo dramático que realza los tonos claros de la madera y el mobiliario, creando un contraste atractivo y equilibrado. Los colores suaves y naturales del mobiliario se destacan aún más gracias a este fondo industrial, logrando una combinación visualmente impactante que equilibra lo rústico con lo moderno.
Este enfoque de diseño no solo optimiza el uso del espacio, sino que también crea un ambiente que es a la vez acogedor y estilizado, ofreciendo una experiencia de vida contemporánea sin sacrificar la comodidad ni la funcionalidad